En la actualidad, el maquillaje continúa siendo una práctica común, sobre todo entre mujeres, aunque su uso y significado pueden variar enormemente. Un estudio reciente realizado por el Departamento de Psicología de la Universidad de Columbia, liderado por la doctora Tara Well, se propuso analizar qué hay detrás de la decisión de maquillarse o no hacerlo, y qué refleja esta elección desde una perspectiva psicológica.
Según la investigación, existen poderosos factores sociales y psicológicos que influyen en la elección de maquillarse, especialmente en contextos profesionales. “Hay incentivos muy fuertes para que las mujeres usen maquillaje en el ámbito laboral”, afirma Well. “No solo incrementa el atractivo percibido, sino que también puede fortalecer la autoconfianza”.
De acuerdo con la especialista, si una mujer cree que su aspecto mejora al maquillarse, es natural que se sienta más segura. Y es que, como explica Well, “la apariencia externa tiene un impacto significativo en la autoestima. Las características que asociamos con la belleza suelen estar relacionadas con señales de salud, juventud y atractivo reproductivo”.
Sin embargo, en los últimos años ha emergido con fuerza la tendencia del "no makeup look" o directamente, de no usar maquillaje en absoluto. Esta opción, lejos de ser una simple moda, revela una actitud profunda de aceptación personal. Para muchas mujeres, mostrarse al natural es un acto de autenticidad y empoderamiento. “Este estilo es adoptado por quienes se sienten cómodas con su imagen tal como es”, explica la psicóloga.
Elegir no maquillarse puede interpretarse también como una forma de resistencia ante los estándares sociales de belleza. Estas mujeres entienden que la verdadera belleza radica en la aceptación de uno mismo, en lugar de ajustarse a expectativas externas. Al prescindir del maquillaje, envían un mensaje claro: no necesitan camuflajes para sentirse seguras, valiosas o poderosas.
Aun así, esto no significa que el maquillaje haya perdido su valor. “Es evidente que muchas mujeres disfrutan de sus beneficios”, señala Well. El maquillaje puede realzar rasgos, transmitir una imagen cuidada y ayudar a crear una buena impresión tanto en ambientes laborales como sociales. Unos labios rojos, una piel luminosa, una mirada destacada con sombras bien aplicadas o un toque de rubor pueden ser herramientas para potenciar la imagen y la confianza.
Entonces, ¿por qué muchas personas deciden no hacerlo? Porque el concepto de belleza está cambiando. La naturalidad gana terreno como símbolo de autenticidad. Cada vez más mujeres buscan ser aceptadas tal como son, sin artificios, celebrando sus rasgos únicos e incluso sus imperfecciones. Esta transformación refleja una sociedad que avanza hacia una mirada más inclusiva y diversa, en la que el maquillaje ya no es una obligación, sino una elección personal.
En definitiva, maquillarse o no hacerlo son decisiones igualmente válidas. Lo importante es que cada mujer pueda elegir desde la libertad, ya sea que desee resaltar su belleza con productos cosméticos o mostrarse tal como es. En ambos casos, el mensaje es el mismo: el poder reside en la autenticidad.